Nació en Los Andes el año 1901, el nuevo siglo la recibirá presagiando una época de cambios que ella misma deberá liderar, en el campo de las Artes Plásticas y la incorporación activa de la mujer, en disciplinas donde el protagonismo exclusivo de los hombres era un rasgo generalizado.
Su niñez está marcada por las pérdidas; su hogar de infancia y su mundo afectivo se ven afectados prematuramente con el fallecimiento de sus padres, siendo muy niña. Antes que alguna institución, los familiares más cercanos se hicieron cargo de ella, criándola sin grandes holguras, en un entorno familiar que evitó su deambular por patronatos u hogares. Lo que tendrá repercusiones en su obra adulta en donde la maternidad, en tanto la ausencia de la misma, en su infancia y vida adulta, será un tema recurrente. Mostrado en sus creaciones sus desencuentros con los paradigmas canónicos de una sociedad conservadora y tradicional.
A los 11 años ingresa a la Escuela de Bellas Artes impulsada por Don Pedro Felipe Iñíguez, marido de la escultora Rebeca Matte quien descubrió en ella un singular talento artístico. Como estudiante destacó por su espíritu de rebeldía frente a las imposiciones academicistas de algunos de sus maestros, entre ellos Virginio Arias. De hecho fue expulsada de la Escuela, pero gracias al maestro Fernando Álvarez de Sotomayor que pidió su reingreso, le fue concedido un taller en el edificio de la misma Escuela.
Su rudimentaria instrucción escolar no fue impedimento para que se desarrollara íntegramente en la escuela de Bellas Artes, su talento innato suplía sus carencias formativas iniciales. Trabajó como profesora de dibujo por largos años, y más tarde solicitó su traslado al Museo Nacional de Bellas Artes, como profesora orientadora. Recibe en 1949 el Premio Nacional de Bellas Artes. Muere en el año 1972.
La figura de Laura Rodig, cada día adquiere más fuerza y reconocimiento, destacándose como una de las artistas plásticas más influyentes de su época en Chile, feminista y luchadora social.
El Museo Regional de Magallanes se suma a esas voces, destacando a una mujer vanguardista aun en contra de las diversas dificultades de una época en que las mujeres debían superar múltiples obstáculos para desempeñar sus anhelos y sobresalir. Laura Rodig fue pionera en sus obras plásticas, y fundamentalmente en su misión formadora.
Su nombre y su obra forma parte de la colección de Arte del Museo Regional de Magallanes, y por medio de esta publicación la destacamos y ponemos en valor en una de las zonas del país que más gozó y a la cual constantemente regresó para inspirarse y a trabajar en el noble oficio de la educación.
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