Documentalista y docente de la Universidad de Chile. Es Magíster en Art and Media Practice de la University of Westminster, Inglaterra (beca Chevening 2002) y estudió Cine Documental en la Escuela Internacional de Cine y Televisión en Cuba (Beca Ibermedia 2011). Entre sus películas destacan la trilogía Cartas Visuales, el documental “Tierra Sola” y el largometraje “74 metros cuadrados”.
Obra: “Bosque/hērrtschiske” 2019 Video proyección.
Digitalización de película super 8 blanco y negro 3:46 min.
Filmado en super 8mm blanco y negro.
Revelado a mano en el laboratorio del colectivo Ceis8
Música: Sebastián Vergara
Asistencia: José Jiménez
Yo nunca había visto bosques en Tierra del Fuego, conocía solo el norte de la isla hasta el sitio arqueológico Marazzi en Bahía Inútil. Ahí el horizonte de la pampa lisa e interminable, es una línea perfecta que divide tierra y cielo. A los bosques del Sur, los había imaginado, después de leer la travesía de Lucas Bridges y los selk’nam Ahnikin, Minkiyolhl, Halimink, Kankoatselknam y el curandero Puppup por la cordillera nevada, cruzando las zonas boscosas del lago Kami. Caminaron más de 100 kilómetros hasta la casa del escocés Alexander McLennan y el destacamento policial que mantenía en Río Grande, para intentar detener la matanza selk’nam. Al este de la Casa Museo Alberto Baeriswyl en Puerto Yartou, el bosque es denso en ñirres, coigües y lengas, y se extiende desde la cordillera hasta la costa occidental de Tierra del Fuego a orillas del canal Whiteside.
Este video es una filmación de mi encuentro con esos bosques. Cuando entras a un espacio con una cámara en la mano, se sella un pacto. Las pupilas se dilatan en la bóveda oscura del bosque y la escala de las cosas se transforma. La luz es una fisura destellante entre los troncos y el follaje. El tiempo tiene otra métrica y crees ver formas extrañas que desaparecen cuando te acercas. Ahora recuerdo ese tiempo que pasé ahí y pienso en los viajeros selk’nam y Bridges cruzando la isla. Busco los relatos recogidos por Martin Gusinde en su paso por Tierra del Fuego en 1922 y encuentro la referencia de los Yósi, unos Kaspi (espíritus) que deambulan por los bosques, hechizando a las mujeres.
“Como son seres muy lúbricos, se llevan consigo mujeres selk’nam. Todos son del tamaño y figura de un hombre, cada Yósi es un hombre hermoso de cuerpo bien formado, y todos tienen un pene grande. Todos andan desnudos. (…) por lo general se los considera como seres muy rápidos, que ejecutan grandes saltos y pueden acercarse sin ser vistos.”
Pienso ahora en los bosques fríos de Tierra del Fuego, el misterio de la luz allí, pero también, como un lugar de lujuria y seducción.
