La digitalización y difusión del sumario judicial, que en 1895 recogió 158 testimonios sobre los vejámenes contra los selk'nam y otros grupos originarios de Tierra del Fuego, permite hoy revisar la asimilación forzada a la que fueron sometidos, al igual que las repercusiones que este proceso tiene en la actualidad.
El tribunal excluyó los testimonios de los indígenas por supuesta falta de intérpretes, pero figuran en el expediente las declaraciones de trabajadores de Punta Arenas y Tierra del Fuego, que junto a otras fuentes históricas permiten dimensionar lo ocurrido.
El documento brinda acceso a testimonios de diversos actores de las estancias:
- Trabajadores de Punta Anegada, Estación Porvenir, Gente Grande. De Caleta Josefina declararon Prado, Madsen, Nielsen y Macleod.
- Administradores, como Alexander Cameron de Caleta Josefina.
- De la orden Salesiana, el presbítero Mayorino Borgatello.
- Dueño de Caleta Josefina, Mauricio Braun.
Las acusaciones se desecharon por ausencia de testigos directos o pruebas materiales, y el caso fue cerrado y sobreseído, pese a que los maltratos y recompensas ofrecidas por capturas o matanzas de fueguinos constan en el mismo expediente.
El Juzgado de Garantía de esa zona expresó que los malos tratos se debieron a la creencia de un "estadio menor de desarrollo" de los fueguinos y una defensa de la propiedad privada, y esperó que la investigación disminuyera los acosos y prácticas genocidas:
"El celo bien laudable de US. Para investigar los hechos denunciados, habrá indudablemente de contribuir a hacer desaparecer o al menos disminuir los excesos a que pueda llevar la defensa de la propiedad en su lucha inevitable con la barbarie que, por desgracia, aún existe en aquellas apartadas regiones" (Sobreseimiento sumario, 1895: fj. 405-406v).
Razones que motivaron el sumario vejámenes
En 1888 el sacerdote salesiano José Fagnano fundó una misión en isla Dawson para que se "acogiera, cristianizara y civilizara" a los indígenas fueguinos (En Martinic, 2011: 99). Para mantenerla, la orden religiosa llegó a un acuerdo financiero con la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, la mayor empresa ganadera de la Patagonia:
"Aunque los reverendos padres recibían una subvención del Estado con el objeto de que recogiesen y civilizasen los indios de Tierra del Fuego, era justo que la Sociedad contribuyese con algo a este fin y se acordó que por cada indio que la Sociedad llevare en adelante a la Isla Dawson se daría a los reverendos padres una libra esterlina, por una sola vez" (Moritz Braun, Sumario, 1895: fj. 11v-13).
Resguardada en este pacto, la compañía fundada por José Nogueira y Sara Braun promovió el rapto de numerosos indígenas. El más conocido secuestro fue el de un grupo de selk'nam en la Estancia Caleta Josefina, situada en Bahía Inútil. Los trabajadores relatan en su declaración:
"Recibí órdenes del Gerente de ella Señor Moritz Braun de tomar cualquier indio que encontrara en el campo alambrado donde están las ovejas y lo remitiera a la Isla Dawson. Obedeciendo a esta orden hace cinco meses más o menos una partida de ciento sesenta indios pretendieron romper el alambre de los cercos por cuyo motivo me dirigí yo acompañado de Jacobo Nielsen, N. Matsen, N. Mc Leod y Gregorio Prado armados todos de rifles e hicimos un rodeo, los acorralamos y los trajimos al galpón de la hacienda. En la resistencia que opusieron para someterse fue muerto uno de los indígenas sin poder designar yo la persona que lo mató" (Alexander Cameron en Sumario, 1895: fj. 41-41v).
Estuvieron apresados 15 días en un galpón, y luego el gobernador Manuel Señoret ordenó su traslado a Punta Arenas, en el buque "Huemul".
En esa ciudad, la autoridad creó una comisión que repartió a niñas y niños indígenas entre familias de Punta Arenas para el servicio doméstico, y envió al grueso de los adultos a los aserraderos, mientras que el resto deambuló por la ciudad en condiciones míseras:
"La situación actual de los indios en esta población es de lo más miserable e infeliz, pues pululan por las calles, medio desnudos y muertos de hambre pidiendo de limosna carne y hasta robando, para satisfacer su necesidad, animales enteros" (José Concha, Sumario, 1895: fj. 83v-85v).
Esto provocó la publicación de cartas de reprobación hacia el gobernador, al igual que denuncias de maltratos y matanzas hacia los fueguinos. En 1895 el periódico El Chileno de Santiago difundió dos escritos anónimos:
- En Magallanes los indios fueguinos y los salesianos. Cacerías de indios, escenas de sangre. Publicado viernes 8 de noviembre de 1895.
- Una raza que se extingue. Grandes escándalos en Magallanes. Tráfico de indios en Punta Arenas. Publicado sábado 9 de noviembre de 1895.
Los hechos y su difusión en prensa dieron inicio al proceso que enfrentó posturas sobre la colonización del territorio y de los indígenas.
El juicio permite hoy comprender que los indígenas vivieron un proceso de asimilación forzada, que hasta la actualidad repercute en la precariedad en que subsisten los pueblos originarios de Tierra del Fuego.
Para la antropóloga Milka Castro, el dominio colonial permanece bajo nuevas modalidades que condicionan la pobreza en que vive más del 80% de indígenas en América Latina (2007: 25). La principal causa es la exclusión histórica que se expresa en un acceso limitado a tierras productivas, aislamiento, escasez de empleos bien remunerados, ineficacia de políticas públicas, poca representación política y presión del mercado por expropiar o explotar recursos de sus territorios (Banco Mundial, en Castro, 2007: 26).