Este edificio ubicado en el Barrio Santa Ana, en el centro de Santiago, se ha transformado en un referente de la gestión de rescate y puesta en valor del patrimonial arquitectónico, cuya restauración tomó 10 años, desarrollando un programa que cuenta con salas de exhibiciones temporales, un Centro de Documentación del Consejo de Monumentos Nacionales, una Sala de Lectura, una cafetería, un auditorio y un patio que articulo un volumen nuevo que se abre hacia el cielo dejando a la vista la estructura del edificio patrimonial.

La exposición temporal que acompaña la apertura de este espacio es 1872: Entre la habitación y la calle de Amalia Cross, en la que se aborda la dualidad de lo público y lo privado en el contexto de lo representacional. La exposición está constituida por 70 piezas patrimoniales de diversas colecciones que van desde pinturas, objetos, fotografías, documentos y material audiovisual.

Uno de estos objetos corresponde a un Joyero de la Colección de Época del Museo Regional de Magallanes que ha sido facilitado en préstamos.